martes, 10 de enero de 2012

Prólogo de Jaume Chavarria para Demonio Limpiador

Jaume Chavarria, un tipo duro.


En las Olimpiadas de 1912, justo hace un siglo, un joven esgrimista húngaro se hacía con la medalla de bronce en sable individual y con la de oro por equipos, este joven espadachín se llamaba Ervin Mészáros. En este libro de Rafaello Gamboa aparece otro Ervin Mészáros, director de cine, creador de Kesteg (La Duda). 1979.

Hasta aquí una referencia, veamos: joven húngaro campeón olímpico que posteriormente fallece en Budapest a los 63 años en 1940 en plena segunda guerra mundial; con esta primera referencia tendríamos material para un buen guion.

Segunda referencia: Las Olimpiadas de 1912 se celebran en Estocolmo del 5 de mayo hasta el 27 de julio. Justo 3 semanas antes del inicio de las Olimpiadas el 14 de abril de 1912 el transatlántico Titanic se hundía en su viaje inaugural.

Únicamente con estas dos referencias que se originan por la casualidad de un nombre Ervin Mészáros ¿Cuántas historias podríamos imaginar o escribir cientos? ¿Y cuántas de estas historias podríamos traducir a guion de cine? Recordemos: Estocolmo, espadachín húngaro, bronce olímpico, Segunda Guerra Mundial, Budapest, Titanic, náufragos, amor, muerte, etc.

Perdonad esta extraña forma de empezar pero era para situar dos referencias que necesitan de un método y una técnica para resolver en como traducir este montón de sugerencias, ideas, hechos y ahí es donde entra de lleno este libro. Su autor, Rafaello Gamboa, nos coge de la mano y nos abre la puerta de este universo repleto tanto de realidades como de fantasías. La realidad supera la ficción o es la ficción que supera la realidad. Rafaello logra darnos una ingente y maravillosa colección de conceptos, ideas, sugerencias y logra crear, si miramos el libro tomando perspectiva, un rico caldo de cultivo para crear un y mil guiones, llenos a rebosar de escenas, de personajes, de historias. Y poco a poco percibimos que nos da paso para que empecemos a andar en el camino de la creación artística y nos hace vislumbrar que podemos participar en el festín de los sentidos, que es el acto de crear una obra, imaginar retazos de vida, crear otras vidas, distintas circunstancias, empleamos nuestro conocimiento y sumamos experiencias para crear la realidad fantástica que más nos guste.

En este libro no te ciñas a buscar, a leer a ver que nos dice Rafaello, sino que de su mano tenemos que dejarnos llevar por el camino del secreto de la creación artística y disfrutar de las ideas con intención orgiástica de todos nuestros sentidos y profundizar en todos los lenguajes que seamos capaces de comprender y disfrutar, el literario, el de las imágenes, el de los sentimientos y quizás alguien también descubra que de las palabras y de las escenas y su desarrollo surge y nos inspira una melodía. Nace una música que acompaña toda esta riqueza de lenguajes y nosotros ahí seguimos de la mano de Rafaello y gracias a su obra entrelazamos realidad y ficción, vida y arte, sentimientos y evocaciones y llegamos al final agradeciendo este camino en el que nos ha metido, pero salimos de él, buscando ya lápiz, papel, teclado, lo que sea para empezar a escribir este gran guion que todos llevamos dentro.

Gracias Rafaello por este ejercicio entre pedagógico y estimulador de la creatividad, gracias por el concepto pero también por lo imaginativo de esta obra. Sigue así dando aire fresco y, como tú dices, “un pelín gamberrete” a la literatura cinematográfica. Así lo veo y así os lo cuento.

Jaume Chavarria
Director y presentador radiofónico

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